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Van a seguir participando muchos clientes vía plataformas virtuales por las grandes ventajas que tienen para ellos
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  • Van a seguir participando muchos clientes vía plataformas virtuales por las grandes ventajas que tienen para ellos

  • Rural estuvo en diálogo con Alejandro de La Tour, hijo, presidente de la Asociación Argentina de Criadores de Hereford y director de Sociedad Rural Argentina. Habló sobre los coletazos de la pandemia en el sector ganadero, el rol de los remates virtuales y la tecnificación

    ¿Qué le pasó al mercado de carne en Argentina en el 2020?

    A.T:
    Fue un año raro, pero el mercado del 2020 fue un mercado interesante. Fue un mercado con buenos precios, con un crecimiento sostenido de precios durante todo el año. Eso se trasladó en un muy buen interés de los productores ganaderos en lo que tenía que ver con lo que era cría y reproductores. Mercados que, habitualmente, venían con bajos valores y, a veces, con una tendencia difícil.
    Con un año de inflación del 40%, más o menos, y una devaluación que acompañó esa inflación, fue un mercado muy traccionado, principalmente por la exportación. El año pasado fue el año récord en cuanto a exportación de carnes en Argentina. Mayores, incluso, a antes de las restricciones del kirchnerismo, esto ya fue superior. Si mal no recuerdo, es el récord histórico en volumen de exportación en Argentina.
    No tan acompañado por precios de exportaciones porque la cuota Hilton el año pasado tuvo una baja de precio, pero sí comparado con el mercado interno, dando una tracción fuerte y un mercado interno que bajó un poco su consumo, no mucho, pero bajó un poco su consumo, siempre teniendo en cuenta que con Uruguay, nosotros somos los líderes mundiales en consumo de carne, por lo cual se sigue estando en niveles consumo que son muy altos.
    Los que hablan de abastecer la mesa de los argentinos, la carne para todos, no creo que se vio afectada. Hay un poco de sustitución un consumo, pero no se puede decir que el mercado argentino haya estado desabastecido y sí nos volvió a colocar en los mercados internacionales. En cuanto a marcadas internacionales, China, el gran importador de carnes argentinas, se lleva casi el 70% del volumen.
    También es muy interesante que cambió un poco el concepto de consumo chino, si bien sigue siendo el gran comprador de las categorías de vaca, en particular, vaca con manufactura, pero se empiezan a ver clientes en el mercado chino en la búsqueda de hacienda de mejor calidad y ya de carne de vaca gorda, de novillo y de vaquillona. Esa es una gran tracción para el mercado.

    ¿Qué causó ese record de exportaciones?

    A.T:
    Primero, y fundamental, el mercado chino. Creo que la causa del récord fue la demanda china. Por otro lado, llevamos varios años, por suerte, sin restricciones o casi sin restricciones al comercio de carnes, a la exportación de carnes argentinas. Digo casi sin restricciones porque hay algún tipo de derecho de exportación, pero a diferencia de otras épocas el derecho no es tan alto y, a su vez, es solamente un derecho que se paga. En otro momento para exportar carne había que hacer un montón de gestiones administrativas y con mucha restricción a hacerlo y, directamente, no te daban la autorización. Son varios años de un mercado que puede exportar y en eso se ven los frutos.
    Si uno lo piensa desde el punto de vista del mercado, del que va a comprar, no hay nada peor que un proveedor no confiable. Eso nos pasaba, donde vos exportabas en mayo, pero cuando querías volver a exportar en junio no te dejaban exportar. Entones, el cliente internacional iba a buscar a otros lados.
    Desde el gobierno de Macri en adelante, que se abrieron los mercados y llevamos seis años ya de casi ninguna restricción a la exportación, hemos estado pudiendo cumplir todos los compromisos. La cuota Hilton hace muchos años que se cumple en su totalidad y eso también hace que el mercado internacional, que siempre valoró la calidad de la carne argentina, la valore como un proveedor confiable a quien poder solicitarle volúmenes y también contrato de largo plazo.
    Tengamos en cuenta que para que los costos de la exportación den, el traslado tiene que ser vía marítimo. Si bien se hacen algunas exportaciones puntuales por avión, son para segmentos de muy alto valor agregado porque, si no, no da. Con la vía marítima estás hablando de veinte a treinta días para el destino, con lo cual un proveedor tiene que estar comprando algo que va a vender dentro de un mes. El proveedor que tiene ser confiable porque, si no, no le va a llegar. Creo que eso impactó mucho en que podamos seguir creciendo en los niveles de exportaciones
    Ahora, ¿qué viene para el futuro? Para mí la duda es esa, si nos van a dejar seguir exportando. Por ahora lo están dejando. No nos olvidemos que Argentina está con una enorme demanda de dólares para poder mantener todo este sistema de subsidios, algunos necesarios y otros innecesarios, y todo el trabajo de una clase política ineficiente. Entonces, esa necesidad de dólares que tienen hace que los mercados los sigan manteniendo abiertos.
    Hará un mes, más o menos, hubo un amague muy fuerte a cerrar las exportaciones muy fuerte, con una reacción en cadena fuertísima. Entre todas las asociaciones de productores o de criadores bovinos nos pudimos juntar, no sé si todas, pero unas ocho o diez nos juntamos para hacer una solicitada informando a toda la comunidad argentina sobre los problemas que tenían estas políticas.
    A su vez, la mesa de enlace consiguió una reunión con Alberto Fernández. La pidió y se la dieron dentro de las 24 horas y eso quedó congelado. Queremos creer que es porque entendieron que era negativo para el país, que no iba a generar un gran beneficio al consumo interno y sí afectar mucho las arcas públicas, pero sabemos que estamos con un gobierno que dice una cosa y hace otra o cuya único nivel de acción es conseguir votos. Tenemos elecciones de vuelta en octubre con lo cual cualquier necesidad de plata les puede hacer actuar irracionalmente.
    Pero hoy el mercado sigue firme. Hay una brecha de precios entre el novillo de exportación y el novillo de consumo interno, eso también hace que no se traslade tanto el precio de exportación al mercado interno. Tenemos una ventaja y una desventaja en Argentina y es que son dos categorías distintas las que se consumen. La exportación consume principalmente toda la vaca, conserva y manufactura. Eso no va en gran medida al mercado interno, no consume el novillo pesado de arriba de 450 kilos, mientras que el consumo interno se abastece de algo de vaca gorda, pero no tanto, y de categorías como vaquillonas y novillito liviano, o incluso terneros.
    Hay como un desacople, lo que hace es que no se pueda trasladar del todo el precio del uno al otro. Si vos tenés un novillo de exportación, el consumo interno te castiga mucho en el precio, entonces también cuando vienen estas restricciones en el mercado afectan muchísimo al productor porque el que estaba trabajando para exportación tiene que vender un animal que le costó mucho llegar a terminarlo para un mercado que ya no tiene disponible.

    ¿Cuáles son los principales mercados de Argentina a nivel carne, además de China que ya ocupa un 70%?

    A.T:
    Argentina tiene exportaciones bastante diversas. Europa es un mercado importante para carnes de alto valor agregado, lo que es cuota Hilton, lo que es cuota 481, y algo de otras categorías. Después en todo lo que es Latinoamérica hay otro mercado importante. Lo que es Brasil, Chile, Colombia, son mercados que crecen bastante en carne argentina. Uruguay, muy poquito. También hay algunos mercados en lo que es Medio Oriente. Israel ha sido históricamente un mercado importante. Si uno saca el 70% que está en China, el resto está distribuido principalmente en esos mercados, Estados Unidos empieza a aparecer como un mercado incipiente para carnes de alto valor.

    ¿Cómo han logrado reinventarse y escaparse de las dificultades del año pasado los productores ganaderos?

    A.T:
    Si vamos al campo en su cadena completa, desde lo que es cría, recría, invernada y terminación a feed lot, no hubo grandes cambios. Fuimos el sector que siempre trabajó y lo mismo los frigoríficos. Una de las cosas que mantuvo a la Argentina en funcionamiento, a pesar de las enormes restricciones que nos pusieron por la cuarentena, fue la cadena de producción alimenticia que no se vio afectada.
    Se trabajó de la misma manera, con aplicación de la tecnología. Si yo voy a mi caso particular, lo que más me afecto fue que tuve mucho más contacto con los campos vía teléfono y vía Zoom de lo que podía tener en forma presencial. Estuve varios meses en los que no podía viajar, o que tenía que hacer viajes relámpago, mucho de esas cosas. Pero la cadena trabajó.
    En lo que es frigoríficos, hubo un periodo muy corto de adaptación. El frigorífico es muy diferente. La actividad de campo es una actividad al aire libre, con lo cual los riesgos de contacto eran muy bajos, hubo que adecuar durante un tiempo todo lo que fueron trabajos de manga. En todos los campos que yo conozco, se tomó mucha conciencia. Yo diría que si uno tiene que pensar en el tema campo, el cambio fue una toma de conciencia en protocolos de higiene y de distanciamiento. El mate desapareció. Se cambió, todo el tema del saludo a distancia, también mayor conciencia en el lavarse las manos, trabajo con barbijos. Uno encontraba cinco personas trabajando en una manga, separados 2 o 3 metros uno del otro, pero igualmente usando barbijo.
    Lo que son los frigoríficos tenían el inconveniente de que se trabaja en lugares más cerrados, incluso a bajas temperaturas, pero también lo que hicieron fue una adecuación del protocolo. Tuvieron todos que gerenciar y gestionar cómo iban a trabajar con los protocolos.
    Una de las cosas que cambió fue el contacto con los camiones, cuando antes un camionero llegaba, se bajaba, charlaba y empezaron con protocolos de recibirlo, que no baje de la cabina, que entregue solamente los papeles, ese tipo de cosas. Después, sí, mucha conciencia en la salud del operario. Fueron cambios en protocolos, no en lo que fue el ritmo de trabajo, el uso o capacidad operativa, sacando alguna semana en los que se adecuaron y algún frigorífico que tuvo que cerrar una semana o diez días por casos positivos.
    Después, el otro punto que yo creo que cambió es tratar de trabajar más localmente. A modo de ejemplo, en la Asociación de Criadores de Hereford, para los protocolos de embarcación de lo que es el puro registrado, lo que se empezó a hacer es que, antes se mandaba un inspector de Buenos Aires a Tierra del Fuego para inspeccionar, ahora se capacita a alguien en Tierra del Fuego para que pueda inspeccionar y que no se corte toda la cadena de embarcación tan importante para la raza.

    ¿Qué rol cumplieron los remates virtuales?

    A.T:
    Cumplieron un rol fundamental y crítico. Sin los remates virtuales no se hubiese podido hacer probablemente el 70% de los remates, por lo menos de lo que fueron remates de cabaña.
    En Argentina, un poco a diferencia de Uruguay, estamos bastante más atrasados en lo que es el remate feria por pantalla. Los remates de cabaña, hasta el año pasado, el 99% se hacían en forma presencial. Los remates por pantalla vinieron en lo que fue el remate feria. Empezaron a crecer un poco, pero no tanto. Todavía hay una fuerte reticencia a esos remates, hay consignatarios que están creciendo por eso, pero de todas maneras sigue habiendo una importante cantidad de remates presenciales.
    Incluso, durante la pandemia, se manejaron con protocolos, con pre anotación, evitando esos asados y cosas que se hacían de antemano y solamente con los pocos compradores, que no suelen ser tantos. En cambio, los remates de cabaña donde estábamos acostumbrados a un remate que era una fiesta con un gran almuerzo, recepción de gente, esos no se hubiesen podido hacer. Hubo muy pocas provincias que permitieron presenciales y todos hicieron en forma virtual, algunos con la doble modalidad, por los diferentes mecanismos de pantalla que existían.
    Yo estoy convencido que fue fundamental para el éxito de los remates del año. Los precios que se lograron superaron las expectativas de todas y cada una de las cabañas que vendieron. Me parece que eso se dio por varias razones. El remate pantalla tiene ventajas para el vendedor y para el comprador, de los dos lados, y creo que eso es lo que quizá lo estaba frenando y no se terminaba de entender.
    El comprador tiene la posibilidad de participar de muchos más remates de los que participaba de forma presencial, a un costo mucho menor, mucho menor en tiempo y en desembolso. No es lo mismo tener que manejar 500 kilómetros para ir a un remate que verlo desde tu casa. Al comprador le permitió acceder a muchos más remates pudiendo elegir sobre una oferta mucho más alta de la que antes manejaba y pudiendo elegir con tiempo, mirando los videos, consultando eventualmente, hasta yendo al campo a ver los animales que se hacían visitas uno a uno.
    Y para el vendedor lo mismo, amplió su demanda porque antes si uno tenía un remate el comprador que está lejos no venía. Le permitió acceder y empezar a tener una idea de clientes, porque todo el sistema de pre ofertas te permite ya tener un poco de idea, lo que te permite trabajar un poco mejor los remates. En los casos de los virtuales 100% les reduce los costos porque los que tenían que llevar a sus animales a la feria para vender, los filmaban y después cargaban directamente desde el campo.
    Creo que se dieron ventajas de los dos lados y eso ayudó a los grandes valores que hubo en todas las categorías que se vendieron el año pasado, a una mejor situación de precio porque ante la mejora en el precio del producto terminado, el criador está recibiendo un mejor pecio por su ternero, con lo cual puede pagar un precio mayor por sus toros o por sus vacas. Toda la cadena se vio beneficiada.
    Un tercer beneficio, que no tiene que ver con la actividad, sino que tiene que ver con la realidad argentina, que ante a un contexto enormemente devaluatorio e inflacionario quien tenía plata en el bolsillo prefería gastarlo en genética a dejarlo en un banco que se devalúe, porque no habían alternativas de inversión. Entonces, ese factor intrínseco creo que también tiró los precios un poquito hacia arriba.
    ¿Qué veo para este año o qué vemos en la Asociación de Hereford para los remates? Los remates por pantalla van a seguir, en particular los de cabaña. Ya sabemos que hay muchas fechas reservadas tanto en distintas plataformas. Seguramente con vacunación mediante, clima mediante, van a ser menos los remates 100% virtuales, yendo muchos a la modalidad virtual-presencial. No veo un futuro en el cual uno diga todos los remates de cabaña van a ser 100% virtuales porque sigue estando esa idea. El momento del remate sigue siendo una fiesta, un momento de contacto con clientes, con amigos, entonces creo que se va a volver a eso, pero sí van a seguir participando muchos clientes vía plataformas virtuales por las grandes ventajas que tienen para ellos.

    ¿Es una tecnología que costó entrar en el mundo agro?

    A.T:
    No diría que fue un proceso natural y puedo hablar por experiencia propia, lo recibimos con mucho escepticismo, sobre todo para lo que era remates de cabaña. Ya el remate de pantalla para un lote de invernada se veía de más fácil aceptación, pero tuvimos muchísimo escepticismo desde el primer momento. Incluso, en muchas cabañas en algún momento se dudó si hacer un remate o vender todos los toros en forma particular.
    Creo que el gran temor que teníamos era que quién se anima a comprar un toro que va a usar para servir cuarenta o cincuenta vacas, o para comprar una vaquillona pedigree con la que quiere poner una inversión fuerte en su rodeo en genética, cuando no lo puede ver en persona y se tiene que guiar por una filmación.
    Esa era la visión y el temor que teníamos como vendedores y se fue dando un proceso natural después al ir viendo los remates que iban funcionando bien. Los que aceptaron ser conejillos de indias les fue muy bien y nos abrió la cabeza a los que veníamos atrás. Creo que muchos lo terminaron aceptando de entrada porque no les quedaba otra, cuando vos tenés tu remate establecido por fecha todos los años y no podes hacer nada, pero tenés tus toros preparados y los tenés que vender igual, muchos dijeron, “cierro los ojos y lo hago”.
    Se vio que la tecnología funcionaba, que los toros se ven muy bien en la pantalla, incluso en algunos casos se ven mejor que los corrales de la feria porque lo que pasa es que en el corral de la feria ves tres toros en un corralito de cinco por cinco, donde no se pueden mover mucho, con paja. Acá ves un toro caminando en una filmación, donde lo ves de un lado, lo ves del otro, ves cómo se mueve.
    La gene lo aceptó e incluso no tengo conocimiento de muchos reclamos. Volviendo a lo que puede pasar a futuro, creo que este año los remates van a ser en gran parte con la modalidad doble, pero muchas cabañas van a filmar sus toros antes de lo que los hubiesen filmado otros años y van a lotear antes para poder publicitar y que se vean con más tiempo.

    ¿Qué otros avances tecnológicos está manejando el sector?

    A.T:
    Hace varios años que el sector ganadero viene tecnificándose. Yo estoy en el sector agropecuario desde hace 18 años y cuando empecé a trabajar en este sector uno iba a un remate de cabaña y había poca gente que bajase de los cincuenta años. Cualquier ingeniero agrónomo recién recibido iba a trabajar al sector agricultor, no había un interés, era un sector que se veía como lento, como sin interés tecnológico.
    Hoy, esa situación cambió muchísimo. Se ven muchísimos agrónomos que empiezan a rumbear para el lado ganadero, se empieza a ver a gente joven en toda la cadena de producción, o sea que hay un interés. ¿Qué fue cambiando? Se empezó a pensar mejor todo lo que tiene que ver con la cadena forrajera. Hoy, para sembrar una pastura se le presta la misma atención que para sembrar un maíz en el cual apuntas a 15.000 kilos por hectárea. Había una época donde uno sembraba una pastura, tiraba la semilla y a ver qué pasa. Ahí hubo un primer cambio importante.
    El otro cambio que se está viniendo muy fuerte, y cada vez se está invirtiendo más, tiene que ver con la parte genética. Hay cada vez más interés y más consulta por las evaluaciones genéticas. Las cabañas hace mucho tiempo que estamos trabajando en eso, pero todavía los compradores no terminar de creer, pero ya ese es un trabajo de una situación que viene cambiando.
    Se está agregando fuerte la genómica, ya son varias las razas. La hereford fue pionera en genómica en Argentina, pero el año pasado podríamos decir que relanzamos el programa, incentivando más, haciendo convenios con distintos laboratorios para que sea más atractivo del punto de vista del costo. El año pasado se mandaron cerca de doscientas muestras a genotipar, representa un 20 o 30% de crecimiento sobre lo que había anteriormente.
    Este año esperamos que se repita. La genómica viene muy fuerte y también se están armando varias estaciones y ya hay algunas en producción, y otras en testeo, en lo que tiene que ver con eficiencia y conversión para empezar a identificar los animales que mejor convierten.
    Esos son los grandes avances aunque siguen quedando cosas atrás. Si uno mira las estadísticas nacionales todavía hay rodeos que no hacen tacto, todavía hay rodeos que hacen servicios continuos pero también, año a año, vemos que esas cifras van reduciéndose, o sea más gente pasándose hacia algunas cosas que uno hace como tecnología básica, pero que no todos los productores la ven de esa manera.
    Si resumo, la evaluación genética, tecnología en pasturas, tecnología en cuanto a genómica, eficiencia y conversión y relacionado al sector se está viendo bastante inversión en mejora de materiales forrajeros, investigación para mejores sorbos de pastoreo o mucho trabajo en que la semilla de alfalfa siga mejorando. Se está invirtiendo mucho en cosas que nos van a llegar en el tiempo, pero eso también con mejora de los precios ganaderos hace que toda la cadena se vaya tecnificando.

  • 2021-03-23

  • rural.com.ar